domingo, 30 de agosto de 2009

Amaneciendo juntos

No haces preguntas, me das respuestas, respondo con sonrisas, te entra la risa, me encantan sus modestas carcajadas y te lo digo, me dice frases preciosas con los ojos, te miro firmemente, alejado de la firmeza, titubeantemente te beso, me besas, te beso el cuello, me chupas el cuello, te chupo la oreja. Oímos el silencio, rompemos el silencio con el sonido de las palabras, palabras que vienen y van, pero tú y yo nos quedamos, tú conmigo y yo contigo. Contigo todo es más sencillo, sencillamente me entran ganas de abrazarte, mientras te abrazo me estrujas contra ti fuerte, muy fuerte. Con tanta fuerza como puedo te acaricio, me acaricias tú a mí porque te he dicho que tengo frío. Pero lo solventas, como todos mis problemas, con algo tan simple como decir mi nombre. Mi nombre: Olga Ruiz aclara que está encantada de estar contigo en este momento. Momento mágico y especial, estoy de puta madre, espetas. Genial, se dice genial. Todo me sale genial, me siento más cerca de los Beatles, como decía Leiva. Leiva, ¡Qué morbo! Morbo el que tú me das, y te doy otro beso, lentamente. Rápido se pasa el tiempo a tu lado, ya son las 8 y media, y medio beso que me muero por darte y que te doy. Y me das la mano para ayudarme a levantar, me levantas el ánimo. Te ánimo a que me sigas hablando, adoro escucharte atentamente.

Atentamente, un saludo.

Una tonta que no deja de pensar en ti

sábado, 22 de agosto de 2009

Impotencia

¿No tenéis la sensación, a veces, de que aunque lo intentes, las cosas no salen bien?
Una sensación de impotencia, de que no puedes dar más de ti, se adueña de tu cuerpo.
Has exprimido hasta la última gota de tu ilusión, de tus ganas, de tus fuerzas, pero todo tu empeño ha sido en vano. Como si llamas a un timbre una y mil veces hasta quemarlo, aporreas la puerta y te desgañitas llamando a la persona que está dentro, pero esa persona está dormida y no se entera de que estás a la puerta esperando para verle.
Estás cansada y desganada, lo has dado todo para no obtener ninguna respuesta. Descubres sin más, que tu esfuerzo el cual estaba repleto de ilusión, no ha servido para nada.
Y sólo te entran ganas de marcharte lejos, cambiarlo todo por un monte. No volver a intentar nada, porque es la única solución para no volver a tropezar.
Y sin embargo, la tonta de mí lleva a la práctica aquello de ‘la esperanza es lo último que se pierde’ y sigue creyendo que existe una mínima posibilidad de que todo salga bien, quizás no de la forma en que lo paneé, achanto ligeramente mis ideales, los transformó de tal forma que sean mas factibles, porque necesito seguir creyendo en mí, mantener vivo el optimismo.

viernes, 21 de agosto de 2009

Vetusteando



Una plaza, un escenario, y jóvenes, niños, mayores… en definitiva una variedad de personas que formaban un gentío bastante amplio.

A las 22:30, como estaba fijado, se apagan las luces, seis personas saltan al escenario y comienzan los primeros acordes de ‘Autocrítica’.
Según avanza el concierto todo el calor y la emoción aumenta. La voz personal y mágica de Pucho, más impresionante aún en directo, no se distinguía de la del público, que continuamente coreaba sus canciones, ni un solo silencio, excepto cuando presentaron algunas canciones nuevas (cuyo nombre no recuerdo).
Tocaron canciones tanto de su disco (como bien sabréis, autoeditado por ellos mismos) como inéditas, pero conocidas por gran parte de los asistentes.
Uno de los momentos cumbres fue cuando entonaron 'Valiente' o 'Un día en el mundo', la gente se desató especialmente. Aunque aquello fue un ‘feeling’ constante entre los vetustos y los asistentes. Los cuales hacían guiños ininterrumpidamente hacia tierras gallegas, llegando a declarar que aquello era su segunda casa o marcándose una muñeira.
Pasaban los minutos y los bailes y la energía de los tricantinos iba en aumento exponencial, demostraron porque todo el mundo les alaba, sus buenas críticas y todos los premios recibidos (que no han sido pocos). Estos chicos se crecen en el escenario, ganan abismalmente.

Una hora después del inicio, el grupo se fue del escenario, dejando un mal sabor de boca entre el público,los cuales (entre los que me incluyo) creían que el concierto había dado a su fin a su fin, pero fue una grata sorpresa cuando a los minutos aparece Pucho otra vez en el escenario.
La segunda parte, sin duda alguna, el concierto cobró más fuerza, sobretodo en el momento en que el vocalista dijo a modo de guiño ‘Pontevedra, no llores más por mí’.

Por el contra, el sonido era algo malo,sobre todo al inicio, a medida que se sucedía el concierto, fue mejorando, pero puedo decir abiertamente que es la única pega que le pongo.

El concierto finalizó con 'Saharabbey Road', poniéndo especial hincapié y aumentando los ‘lalala’ y ‘lololo’.
Algo inolvidable.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Miedo

A querer, a enfrentarme a mis sentimientos, a que sean éstos quien manejen mi vida y no yo misma.
A no saber responder adecuadamente, a dar una respuesta errónea y confundirme, a arriesgar por una idea que podría ser equivocada.
A sufrir, a que me hagan daño, pero sobre todo a hacer daño.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Cambios

Apareciste y sin darme apenas cuenta moviste las cosas, lo cambiaste todo de sitio, le diste un nuevo aire. Y no es que antes estuviese desordenada o fea, ni mucho menos, si no todo lo contrario. Pero, ahora tiene una decoración más bonita.
Le has dado más color a mi vida

martes, 4 de agosto de 2009

Con él

Tengo la sensación de que nunca voy a poder devolverle todo lo que me aporta.
Que exprime lo mejor de mí y me hace ser mejor persona. Estoy a gusto a su lado, me gusta hablar con él y tiene esa encantadora forma de ser que me obliga a quererle.

domingo, 2 de agosto de 2009

Maldito 2 de Agosto

Era fácil explicar por qué todo el mundo le quería. Era una persona encantadora. Era dulce, cariñoso y amable.
Yo nunca tuve una buena primera impresión de él, porque siempre lo conocí. Pero la gente que lo conoció opina que era una persona cercana, que te transmitía una alegría especial con sólo conocerlo.
Recuerdo sobretodo su sonrisa, cuando mi hermano y él jugaban juntos y cuando me daba mi gominola preferida aunque a él le encantase. Los dos besos que me daba cuando nos veíamos y la felicidad que me proporcionaba al ver su cara, tan angelical y dulce. Y la felicidad que desprendía al estar con los niños pequeños.
Le recuerdo, simplemente como era él.
Una persona excepcional, un chico con un encanto imposible de explicar con palabras.