viernes, 12 de junio de 2009

Una llamada inesperada

Ah, gracias por preguntar. Pues... me va bien, todo guay, supongo que como a ti, ¿no?
Ya sabes: voy, vengo, hago, deshago, en ocasiones meto la pata, otras veces soy una crack. Lo típico, tú me conoces bien.

Sí, ahora que lo dices... pues te voy a ser sincera, a veces me acuerdo de ti; unas veces te echo de menos y otras de más y otras directamente no pienso en ti.
Siéndote franca, y no te lo tomes a mal, ¿eh?, no preciso de tu presencia, ni siquiera estoy pendiente de cuando vuelves.
Mira cuando vienes lo descolocas todo, lo mueves y te vuelves a ir y dejas mi vida desordenada. Pero ya que estamos con verdades también te digo que te quiero, pero ambos sabemos que aquí no hay sitio para los, no hay sitio para los, no hay sitio para los doooooos.

A todo esto... ¿Por qué me llamas? ¿Por qué ahora quieres saber de mí? Es que mira, verás, tú y yo no somos amigos. Con mis amigos yo me voy a tomar algo, salgo un rato, charlo me rio y para casa, con mis amigos no hago las cosas que tú y yo hacemos. Tú no eres amigo, tú eres mi ex-novio, es decir, que antes éramos novios pero ahora no lo somos.
Vamos que si te aburres llames a tus amigos o a tus amiguitas (con cierto tono) y no, no son celos, pero es que mi tiempo es oro

3 comentarios: