lunes, 6 de diciembre de 2010

Caos

Alomejor no es mi cabeza la caótica y es el mundo el que lo es. Y el único engaño no me lo hago a mí misma, son los demás los equivocados. Es cómodo vivir de este modo, sabiendo que no hay futuro, que ni siquiera ha habido presente ni quizás pasado, pero tratas de atraparlo, como una bella herida que no quieres que cicatrice nunca porque te recuerda buenos momentos, a pesar de que la herida ya cicatrizó, como un desengaño amoroso al que te aferras por sentir un placentero dolor, por el hecho de no querer que nadie cambie.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Tú lo sabes

Esto no va a quedar así. Tú lo sabes igual que yo, que estas cosas no se acaban hasta que se acaban

martes, 9 de noviembre de 2010

Urgente necesidad de olvidar

Yo sentía la urgente necesidad de olvidarle. Consedaraba de que ya no tenía que recordar aquel suceso, porque sólo me hacían daño. La repercusión que había causado en mí, el echarle de menos.
Pero me di cuenta de que nadie olvida, de que no es cuestión de memoria. Se trata de vivir con ello y asumir lo que fue, sin que te duela. Y es que en esta vida, no hay que olvidar lo que nos ha sucedido, porque todas las experiencias nos enseñan, incluso las que nos hacen daño, las que consideramos batallas perdidas

sábado, 30 de octubre de 2010

Te sigo echando de menos

Ya ha pasado un año, y no me acostumbro a que no estés aquí conmigo

miércoles, 27 de octubre de 2010

Gestos

Nadie me aprieta la mano con la complicidad, firmeza y la energía que lo haces tú. Que eres capaz de decirme tanto con un solo gesto

jueves, 14 de octubre de 2010

Hay cosas pendientes

Cuando echo la vista atrás no sé si me he confundido. No sé si lo he hecho mal, si escogí una opción equivocada, o simplemente es lo que tenía que suceder. Hay cosas que callé y otras que por el contrario repetí millones de veces.
No sé como arrepentirme, porque ni siquiera sé de que tengo que retractarme. Quiero solucionarlo, pero no sé cómo hacerlo, no tengo ningún hilo del que seguir, ninguna idea de la que tirar, ni ninguna noción acerca de qué hacer. Y es que creo que ni siquiera depende de mí.
Supongo que lo fácil es pensar que todo ha acabado, pero ni niego a pensarlo. Aún me quedan muchas sonrisas que dedicarte, muchas habitaciones en las que encerrarte, muchas películas que recomendarte, muchos cintos que se me resistan, muchos besos por pedirte y muchas veces por mirarte mientras conduces. Todavía nos quedan muchas camas por deshacer, muchos gritos por dar, muchas botellas de Champagne por descorchar, muchas discursiones, muchas miradas de vicio a escondidas y noches en el parque, en tu coche o paseando por el río. Y a ti, a ti te queda mucha ropa por quitar(me), muchos sitios oscuros a los que llevarme, muchos apuntes que pedirme, muchas tortas por recibir cuando te muerdas las uñas, muchas cagadas por cometer.
Y no olvides, que queda frío por cortar, con tu jersey morado o tus manos.

sábado, 9 de octubre de 2010

Y ahora qué

Mientras estaba interesantemente ocupado, quizás por cosas del destino, miró de refilón y entonces se giró y miró con mayor empeño, nos cruzamos la s miradas fugazmente, muy fugazmente, pero fue suficiente para notar su 'mierda, me ha pillado'. Sentí un compendio de sentimientos imposibles de describir. No me sentí engañada, ni defraudada, era algo que me esperaba; tampoco me sentí decepcionada, porque lo que hizo me lo esperaba; no fui embaucada, ni traicionada, porque jamás fui ingenua y siempre supe lo que hacer sin dejarme llevar por lo que me dijeron; tampoco triste, he aprendido que hay que ser feliz siempre, o al menos intentarlo; simplemente me resultó desagradable, a pesar de que era algo de lo que estaba intensamente convencida, algo que ya sabía, pero nunca imaginé que lo vería con mis propios ojos. Fue algo incómodo, no sabía cómo actuar, qué hacer, cómo reaccionar, ni siquiera sabía si debía decir algo o no.
No podía demostrar mis sentimientos. No podía mostrar que me molestó, ni que me dolió, ni que me incomodó, porque sólo era capaz de intentar plasmarme la idea de que no me importó lo que vi, además que no era procedente ni mucho menos adecuado, pero sobre todo porque desconocía cuales eran esos sentimientos. Hay veces que es preferible contenerte y más como es mi caso, que no sabes que sientes. Así que tomé la única solución que se me ocurrió: simplemente sonreí. Sonreír es siempre una buena opción, una sonrisa es siempre bienvenida, incluso en los peores momentos. La mejor solución. Cuando todo está bien es el reflejo de lo que ocurre, cuando las cosas no van tan bien es la mejor forma de mantener el tipo ¿Qué podía hacer sino? Salí adelante triunfantemente y me sentí orgullosa de mí misma. Pero ¿y ahora? ¿Ahora que hago? ¿Seguir sonriendo? ¿Pedir explicaciones? ¿Hacer coñas con lo ocurrido? ¿Ignorar lo sucedido? ¿Dejar caer las cosas? ¿Esperar un perdón? ¿Pasarlo por alto? ¿Olvidarlo todo?

lunes, 4 de octubre de 2010

Tonteemos

- '¿Por qué me miras con esa cara?'
- 'Porque me encantas'
- '¡¿Sí?! ¿Y no me vas a dar un beso?'
- 'Pídemelo'

domingo, 3 de octubre de 2010

Milan...

Hay cosas estupendas, geniales, fantásticas e inolvidables. Pero nada como estar tres días en la Fashion Week de Milán, en la ciudad de la moda, en Italia con italianos impresionantes con dos de tus amigas.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Cabezota

Quien la sigue, la persigue, y también la consigue

jueves, 16 de septiembre de 2010

Algo falla

Es de estas cosas que no van mal, que más o menos funcionan. Con las que podrías vivir y estar para siempre. Pero que les ha falta algo.
Sí, algo falla, algo no va bien. No, no ha sido el tiempo. No, tampoco ha sido el sitio. Ni tampoco sirve de excusa la temperatura. No, el hecho de que la compañía no fuese la adecuada tampoco es excusa. Es que algo falla, que no es lo que era. Las cosas han cambiado…

domingo, 5 de septiembre de 2010

Bajo las estrellas

Es más, cualquier día de estos cojo y me enamoro de ti. Pero tranquila, aún me caes demasiado bien para hacerte esa putada

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Los recuerdos

Quise llegar pronto y aprovechar. Yo miraba y escuchaba. Estaba atenta, con mil ojos y oídos. Aproveché cada milésima de segundo, disfruté de cada gesto y exprimí cada una de las palabras. Pero aún con todo eso, acabó.

Así que sólo queda recordar. Porque los recuerdos no dejan de ser pequeñas porciones de lo que fue. Reflejos de lo que algún día pasó.

Se mantienen en la mente para crear emociones y sentimientos, para acumular experiencias. Algunos se borran y otros se mantienen. Otros aparecen con el tiempo cuando los creías totalmente olvidados. Es absurdo intentar olvidar algo que pasó, se debe de aprender a vivir con ello, a fin de cuentas es algo que a ayudado a hacerte como persona y forma parte de lo que eres.

Sólo hay que mantenerlos en una caja o baúl y algún día rememorarlos, pero no vivir de ellos, puesto que te pueden proporcionar una enorme alegría, de lo felices que son y a su vez conseguir la tristeza, ya que tu presente anhela muchas veces ese pasado.

lunes, 23 de agosto de 2010

¡Uy lo que he hecho!

Ya lo entiendo, a él le tiene que parecer mal que yo tontee con su amigo. Pero a mí no me tiene que parecer mal que vuelva con su exnovia mientras yo le esperaba, ¿no? Ah claro, sí, que como me lo dijo con cara de pena, disgustado y casi llorando, la cosa parece menos Y sí, sí, me lo dijo todo a la cara, ya no es un cabrón. Lo hizo bien, claro, entonces yo tengo que aguantar cómo me habla de ella y lo bien que están. Eso sí, a mí me tiene que carcomer la conciencia, a fin de cuentas, he me liado con su amigo...

viernes, 23 de julio de 2010

Recordar

Se va algo especial y único. Algo inolvidable, indescriptible e inigualable.
Se esfuma un cara dura, con sus dudas, con sus ganas de sufrir algo que no he olvidado, ni que me ha olvidado a mí.
Se desvanecen sus ojos claros, su perfecta sonrisa, su olor y su grave voz. Y sus besos, por supuesto.
Parten momentos cortos pero intensos, muchas ilusiones, infinitas palabras, innumerables risas, centenares de miradas.

Sólo queda el pasado, ese al que tantas veces nos aferramos, el recuerdo. Y el sentimiento de nostalgia, los te echo de menos, pero ahora son más profundos y silenciosos. Simplemente ahora quedan los acuerdos de hacerlo bien, de preservar las distancias y de ser amigos, esos pactos internos que se hacen, simplemente por presunción de culpabilidad.

jueves, 22 de julio de 2010

Maldita dulzurra la tuya

Hablando pasan los días que nos quedan para irnos, yo al bucle de tu olvido, tú al redil de mis instintos

lunes, 19 de julio de 2010

Se me escapa

Siento que se va escapando poco a poco, que lentamente se desvanece y se va, y finalmente se me escapa de los dedos. Todo sin yo poder hacer nada.
Me intento preparar para el final, asimilarlo aunque llevo mucho tiempo haciéndolo. Intentando escapar, huir de mis sentimientos.
No estoy tranquila, la incertidumbre es grande y la ilusión pesa demasiado, sin embargo la intuición me coarta la esperanza. No para de decirme que esto se acabo, se acabo en el inicio, incluso antes de empezar.
Me pregunto si merece la pena sentirme así, pensar de esta forma, y si realmente tenerlo de frente solucionaría algo.
Las promesas se van, las palabras se las lleva el viento y todo es efímero.

Pero por otra parte, la esperanza se mantiene, a veces un resquicio de esperanza aparece, ciertas señales me hacen ver que estoy equivocada.

Así que me dedico a vivir, a hacer lo que considero oportuno y a equivocarme, no me importa, es algo que ocurre, nadie es perfecto.

lunes, 5 de julio de 2010

A ti

Todo me huele a ti
Y todo me sabe a ti
Y todo lo que oigo me recuerda a ti
Y... tengo ganas de verte

jueves, 1 de julio de 2010

Aprender

A lo largo de mi vida he sido muy ingenua, enteramente apasionada, profundamente entusiasta, íntegramente activa y totalmente incansable, donde he vivido emociones, abarrotado de situaciones difíciles. Me he tomado tiempo de desconexión que me concedía esquivar fugazmente el mundo. He conocido a personas que me empujaban hacia problemas y mostraban la más brillante (y falsa) faz de su cara ante mí pero también excelentes y gratificantes personas que en cierta medida me llevaban a ser mejor persona. He tomado decisiones: unas duras con poco fin y otras echadas al azar realmente importantes. He luchado en duras guerras, complicadas batallas, arduos conflictos, delicados enfrentamientos, estúpidas peleas, triviales conflictos e importantes contiendas. He caminado, me he movido, he parado, he descansado, he saltado, he reído y he llorado. En definitiva, he vivido lo más plenamente posible. Y en todo el tiempo no conseguí ni la mitad de lo que tú me has proporcionado en cuatro días.

jueves, 17 de junio de 2010

Prefiero recordar

Va a ser mucho tiempo, más de dos meses… No quiero echarle de menos, ni que me eche él de menos a mí. Ni estar llorando por las esquinas contando los días que quedan para verle otra vez. Pero creo que es inevitable que cuando una persona, sentimentalmente ha sabido llegar a ti, aunque sólo sea mediante un roce, es imposible no desarrollar una serie de acciones y sentimientos como consecuencia de ello. Vamos, que no cabe dentro de la lógica no notar un hueco en tu vida tras la marcha de una persona.
Y la rabia me inunda por ello, porque prometí no adherir el deseo con el querer y la pasión con los besos, aunque más que la rabia por desencadenar una serie de sensaciones tales, me acorrala el miedo. Y lo peor de todo es que este cada vez se va adueñando más de la situación. A medida que pasa el tiempo, muy lento por cierto, el miedo va creciendo y creciendo.
¿Miedo de qué? Miedo de qué cada vez le eche más de menos, miedo de que él no se acuerde de mí en todo este tiempo, de perderle sin quererlo, incluso de no volverle a ver. Miedo de que haga una nueva vida y no le reconozca, o de que se vuelva aún más guapo, o de que no pueda soportar su ausencia y un día me vuelva más loca de lo que ya estoy. Miedo no recordar con exactitud su corte de pelo, o de que no sea capaz de escuchar en mi cerebro el timbre de su voz, o de no encontrar en la retina de mi mente su sonrisa, de no reconocer sus gestos, de descuidar su recuerdo, vamos, de olvidarle. A fin de cuentas, no me importa que él se olvide de mí, de hecho me parece bien, que haga su vida. Pero yo no me puedo permitir olvidarme de la única persona que consiguió cambiar mi actitud vital (aunque fuese ligeramente).
Y sé que olvidar tiene muchas ventajas. Te libera del pasado y te proporciona la formación de un buen futuro, elimina mucha nostalgia y además bueno, supongo que te desprende de muchas ideas absurdas. Pero resulta que por primera vez en mi vida prefiero recordar, aunque duela un poco.

sábado, 5 de junio de 2010

Un hasta luego

Sé que no le voy a ver en mucho tiempo.
Y me produce cierto sentimiento de pena, porque me encanta verle sonreir, oirle hablar, escuchar su graciosa voz y contemplar como una tonta los movimientos que hace con su mano. Pero nada comparado con la satisfacción de libertad que me causa no estar condicionada a verle, poder controlar, como siempre he hecho, mis sentimientos.

Aunque en el fondo sé que es sólo una estupida forma de autoconvencerme de que va a ser bueno no verle durante un tiempo. Porque resulta que no me importa condicionar ciertos aspectos de mi vida por él, incluido el hecho de no dirigir mis ideas y no mandar sobre mis sentimientos.

Pero es lo que hay, así que, aquí paz y en Septiembre gloria

sábado, 29 de mayo de 2010

Me cuesta decirlo

Creí que sería imposible volver a activar mis sentimientos, o sea, no unos sentimientos cualquiera: el cariño, el afecto, la amistad... esos ya están activados, esos funcionan sistemáticamente y no quiero apretar el off. Me refiero a otros, más intensos, más de dentro, más difíciles de explicar. Uns sentimientos que creí que había muerto para siempre. Pueden haber aparecido personas, me pueden haber dicho muchas palabras bonitas, incluso he hecho infinidad de cosas, todas ellas estupendas y fantásticas. Pero no me ha proporcionado lo que me proporcionas tú ahora, ni esas palabras me hacían sentir lo mismo ni lo que hacíamos me daba esta alegría...
Y yo, como soy tan mecánica, me daba miedo. Intentaba alejarme de ti y decir, no, déjalo pasar, no es nada, olvídate. Lo intenté, de verdad, quise hacerlo. Me creía que no podía ser, que yo... bueno que yo sintiese algo por alguien.
Pero fue imposible, porque mi subconsciente pensaba en ti, se imaginaba cosas, proyectaba ideas, situaciones, palabras. Cuando te voy a ver, me inundo de alegría, y me visto con la mejor de mis sonrisas, inevitablemente, y me siento mejor persona y además, la más afortunada, pero no porque me des un beso, y porque me mires con tu cara o porque me sonrias, simplemente por el hecho de que aparecieses en mi vida. Porque aunque me cueste decirlo, te qui... ¡pues eso!

viernes, 21 de mayo de 2010

Duras experiencias

Tengo esa sensación estúpida, un atisbo de felicidad penetra en tu cuerpo, sin un motivo consistente.
Esa increíble sensación de reírse porque sí, de sonreír a la vida, de mostrarte optimista incluso en las peores sensaciones.
Ese sentimiento de superación, que no importe nada. Que trepas a los cielos en las más difíciles soluciones.
He pasado dolorosos momentos, situaciones en las que le he demostrado al mundo y a mí misma la fuerza interior que tengo, duros tragos que casi me cortan la respiración, donde me ha costado seguir, donde a cualquier persona le hubiese costado seguir.
Pero siempre tuve un sentimiento de confianza, creía ciegamente en que todo saldría bien, dentro de lo que cabía, y así fue.
Y hoy me doy cuenta de que todo ese positivismo es extremadamente necesario en mi vida, sin él, todo hubiese sido mucho más difícil.
Ese positivismo que te plantea las cosas más remotas, ese positivismo que es como la fe, sólo puedes creerlo, pero que te levanta con fuerza en las peores situaciones. Que te muestra esperanza y te ofrece un último trago cuando la botella quedó vacía.
Ese positivito que revisa al entorno, que lo olfatea, palpa, siente, huele, mira, observa, prueba y oye y que tras ello genera un veredicto agradable y óptimo. Que te da la posibilidad de ser feliz.

Vivimos rodeados de situaciones, experiencias, movimientos, acciones, sensaciones, ilusiones… que generan una percepción en nosotros, que forman de alguna manera nuestros sentimientos, que organizan nuestra cabeza y está en nosotros mismos darle uno u otro significado.

A fin de cuentas, todo lo malo se pasa, y siempre habrá algún motivo para ser feliz, que te demuestre que la vida, aunque duela, merece la pena vivirla con esmero y empeño. Y que todo lo demás no importa, mientras no te genere un mínimo de satisfacción. Nunca es tarde para ser feliz, ni para sentir placer, ni para comprender que la vida son dos días y tres cafés.

domingo, 4 de abril de 2010

¿Cómo...?

¿Cómo se puede echar de menos algo que habías olvidado y superado? ¿Cómo es posible sentir ahogo con algo que ya sabías que iba a suceder? ¿Cómo se consigue un atisbo de alegría en tu ser con tantos entresijos y problemas circulando a tu alrededor y atropellándote hasta dejarte gravemente herido?
Tengo ganas de que todo se encauce un poco, de sonreír por algún motivo firme y sólido y no de esta forma gratuita y altruista como lo hago a día de hoy, de dejar de lado un poco las dificultades constantes que actualmente tiene mi vida. De despojarme de todo, de sentirme a mí misma tal y como soy, y descubrirme
¿Cómo lo hago?

miércoles, 10 de marzo de 2010

Try it!

Leí una vez, y de casualidad, que nunca se pierde realmente hasta que no dejas de intentarlo. Por eso yo he seguido intentando y aunque a veces un atisbo de renuncia se deja ver, aprieto fuerte mis manos, cierro los ojos, respiro profundamente y me recuerdo que rendirse es de cobardes.
Puede que mi empeño no exista en exceso, o por el contrario, puede que éste sea una gran hipérbole en mi vida y en la vida ajena. No lo sé y prefiero no pensarlo. Tan sólo sé que a veces, tras tanto intento una pequeña luz se asoma por la puerta y te permite tocar con la punta de los dedos lo que tanto tiempo has estado buscando.
Aunque luego en realidad, sólo se trate de un deslumbramiento fugaz, y como todo lo fugaz, se vaya. Y te deje ciertas marcas, unas marcas que son signo de que echas de menos aquello. Unas marcas que a veces duelen, pero te dan la fuerza suficiente para seguir intentandolo, para recordarte que no has perdido aún, para tatuarte en la mente la idea fija de que se puede todo, para no olvidar nunca lo valiente y fuerte que puedes llegar a ser.

sábado, 20 de febrero de 2010

Mala época

Y va a ser que las desgracias nunca vienen solas. Que se ponen todas de acuerdo para que vengan una detrás de otra, y no dan tregua para asimilarlas, se amontonan unas con otras y no te conceden un respiro.
Será cosa del destino, que quiere hacerte fuerte y que pretende que saques fuerzas que desconoces que posees y de lugares insospechados.
Y no hay que evitar las situaciones, cerrar los ojos para no ver o escabullirte al máximo, si no todo lo contrario, lo mejor ante esto es afrontar la situación, plantarle cara, aceptar que en ocasiones la vida es una mierda, pero que no sirve de nada lamentarse, si no que hay que actuar, y aguantar el tirón, por supuesto.
Reconocer cual es tu lugar, qué función tienes, que echas de menos a esa persona, que el pasado quedó atrás y no hay que rebañar los restos de un plato que está vacío, que las cosas se tuercen y resultan contrarias a los planes previamente establecidos y no queda de otra que replanear el futuro.
Asimilar que has perdido y no intentar echar la rebancha cuando sabes que por motivos obvios saldrás hundidamente derrotado (exceptuando ciertos milagros que suceden a veces en ocasiones de la vida, que puedes salir victorioso), simplemente saber perder, porque una retirada a tiempo, es una victoria

sábado, 6 de febrero de 2010

Súplica

En situaciones como está te das cuenta de cómo es realmente la vida. Te pone a prueba para ver si eres fuerte. Mueve los hilos a su antojo para conocer tu límite. Te sitúa en tesituras cuanto menos complicadas con el fin de comprobar hasta dónde puedes llegar. Todo el mundo dice, y yo lo corroboro, que de estas situaciones se aprende, uno se hace más fuerte y aprovecha la vida mucho más.
Pero joder (cuidado que yo no digo tacos), ¡Basta ya! Ya me ha puesto a prueba muchas veces, he superado todo hasta hoy, sigo adelante con toda la mierda posible. ¿Por qué sigue tensando la cuerda? Creo que ya he tenido suficiente

martes, 12 de enero de 2010

Daño

- 'Me cuesta entender por qué lo dejaste'
- 'Ya sabes cómo soy, no me puedo permitir el lujo de querer a nadie, porque luego lo paso mal, sufro y yo no estoy preparada para eso'
- '¿Y qué estás haciendo ahora? ¿Acaso no estás sufriendo?'

jueves, 7 de enero de 2010

Nada que yo pueda hacer

Cada día odio más el mundo.

¿Soy tan complicada? ¿Soy tan difícil?

Siempre fui fuerte, de hecho me considero fuerte. Puedo con lo que me echen, aguanto los malos ratos, los nervios, la soledad, la mala compañía, la hipocresía e incluso la chulería. Soy capaz de tragarme todo, absolutamente todo, para ser feliz. Aguanto hasta la saciedad. Y sí, a veces yo ejerzo muchas de esas cosas antes enumeradas ¿quién no? Nadie es perfecto. Pero todo dentro de unos límites.

No me defino como mala persona, ni interesada, ni egoísta, sé que a veces soy un muy inaguantable, pesada y compleja. Pero, insisto, dentro de un límite llamado normalidad.

Hago mi vida, dejo que los demás hagan la suya, tengo mis planes, intento ser autosuficiente, trato de no molestar ni de inmiscuirme, sé el lugar que me corresponde y lo acepto. Y no pido nada más que eso, un trato recíproco.

Todo me satura. La gente se aburre, inventa, difama, es mal pensada y se mete en las vida ajenas. La situación me supera y a veces me entran ganas de rendirme y dejarlo todo, torcer mi camino y hacer otra vida, centrarme en lo importante y dejar apartado durante una larga temporada aquello que me hace feliz pero que a la vez tanto llevaderos de cabeza trae consigo.

Y sí, lo reconozco, esto también es culpa de los exámenes.

martes, 5 de enero de 2010

Filofobia

Y si no sé querer, ¿Qué hago?
Si me he acostumbrado a controlar mis sentimientos, si he establecido unos esquemas mentales en mi vida que son simplemente: hazlosola, todo sola, siempresola, puedocontodoalone, soyautosuficiente, si tengo un seguro a todo riesgo contra el amor y cuando empiezo a sentir algo saltan las alarmas, si soy tan egoísta de no querer hacerme daño y tan generosa de no querer hacer daño a nadie... ¿cómo lo soluciono?
Si sufrí, lloré, lo pasé mal, sentí dolor, me odié a mí misma por querer, y (ahora viene la moñada) me rompieron en mil pedazos... ¿cómo puedo superarlo?

Tengo filias y fobias, como todo el mundo. Y resulta que mi filia eres tú, pero mi fobia es el amor.