viernes, 23 de julio de 2010

Recordar

Se va algo especial y único. Algo inolvidable, indescriptible e inigualable.
Se esfuma un cara dura, con sus dudas, con sus ganas de sufrir algo que no he olvidado, ni que me ha olvidado a mí.
Se desvanecen sus ojos claros, su perfecta sonrisa, su olor y su grave voz. Y sus besos, por supuesto.
Parten momentos cortos pero intensos, muchas ilusiones, infinitas palabras, innumerables risas, centenares de miradas.

Sólo queda el pasado, ese al que tantas veces nos aferramos, el recuerdo. Y el sentimiento de nostalgia, los te echo de menos, pero ahora son más profundos y silenciosos. Simplemente ahora quedan los acuerdos de hacerlo bien, de preservar las distancias y de ser amigos, esos pactos internos que se hacen, simplemente por presunción de culpabilidad.

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