Sé que no le voy a ver en mucho tiempo.
Y me produce cierto sentimiento de pena, porque me encanta verle sonreir, oirle hablar, escuchar su graciosa voz y contemplar como una tonta los movimientos que hace con su mano. Pero nada comparado con la satisfacción de libertad que me causa no estar condicionada a verle, poder controlar, como siempre he hecho, mis sentimientos.
Aunque en el fondo sé que es sólo una estupida forma de autoconvencerme de que va a ser bueno no verle durante un tiempo. Porque resulta que no me importa condicionar ciertos aspectos de mi vida por él, incluido el hecho de no dirigir mis ideas y no mandar sobre mis sentimientos.
Pero es lo que hay, así que, aquí paz y en Septiembre gloria
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
hay que intentar llevarlo lo mejor posible :) buen findeee :))) muáss
ResponderEliminar