Son cuatro jóvenes de Alameda de Osuna (Madrid), lugar del cual han florecido bandas de rock ‘n’ roll tales como Pereza.
Ellos son Sidecars. Juancho (guitarra y voz), Gerbas (bajo), Manu (guitarra rítmica y coros) y Ruly (batería) y están recorriendo los garitos de media España para dar a conocer su álbum, llamado como el propio grupo, Sidecars.
Tienen ganas de comerse el mundo, de llegar lejos y eso se nota cuando se suben a un escenario. Existe una cercanía y una familiaridad que parecen estar tocando en el salón de su casa, se percibe que ellos disfrutan y eso hace que los asistentes lo hagan también.
Ayer en Valladolid me di cuenta de que no necesitan una guitarra eléctrica para hacer rock. Con dos acústicas, Manu y Juancho me hicieron pasar una noche inolvidable. A pesar de la no asistencia de Ruly y Gerbas (a los cuales se echó mucho de menos) el garito tembló, el público no paraba de corear sus canciones y de reír con ellos. Y yo personalmente sentí una magia muy especial que hacía tiempo que o sentía en un concierto, un sentimiento que no se puede explicar, y si un grupo logra eso, en mi opinión es grande, muy grande, aunque no vendan millones de copias ni llenen el Palacio de los deportes de Madrid, pero tiempo al tiempo.
