De repente aparece algo o alguien, que entra ligeramente en tu vida, se instala poco a poco en ti y cuando te quieres dar cuenta ni puedes ni quieres dejarlo escapar.
Y se lo cuentas a todo el mundo, te ronda en la cabeza sin parar y necesitas de eso todos los días un poquito más.
Hoy sólo puedo decir que lo adoro y adoro haber estado aquella noche en Costello, supongo que sería cosa del destino, conocerlo y ahora no despegarme de eso que hace.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
jo, ahora ya si q me has dejado sin palabras!!! :D
ResponderEliminargracias a ti por hacerme sentir que merece la pena seguir luchando x todo esto que vivo y canto
un beso enorme para la flaka nº1!
David
Hay veces en que algo que escuchamos, algo que oimos o algo que vemos llega a cambiar el devenir de nuestros días...
ResponderEliminarYo de momento te dejo un besito de recién llegado. Muack!