Me metí en la cama envuelta en tristeza. Me recubrí con el nórdico y con mis lágrimas, me sentí más cálida. Lloré mientras los demás dormían por sentir de aquella manera. Llevaba mucho tiempo advirtiéndome que aquello no era lo adecuado, pero mi otro yo insistió en arriesgar un poquito más, reiteró y siguió tensando la cuerda. Hasta que no pude con tanto peso y caí(mos mis dos yos). Sin motivo alguno me di por vencida y me sentí estúpida, me vi a mí misma lejos de mi meta. Y toda mi alma, mi empeño y mi corazón esparcidos. Me mostraba tan ilusionada con aquello, que después de mucho tiempo al finfui capaz de dejarme guiar por mi yo pasional, hasta probar el amargo sabor de la caída
Caí por crecer, calle por hablar
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Confundo el agua con la sal.
ResponderEliminarTendrás la crónica del Twoday! Prometido!
ResponderEliminarTodos tenemos un doble YO!
ResponderEliminarGracias por pasar por el blog!
No nos queda más remedio que enjugar lágrimas y seguir adelante. Aunque a veces hay días que ninguno de los yos se aclara :(
ResponderEliminarTodo llega y todo pasa...
ResponderEliminar