viernes, 18 de diciembre de 2009

Sencillo

En realidad no es difícil de conseguir. No consiste en ser el más rico, ni el más listo, ni el más guapo... no hay que buscar ser el mejor en algo; tampoco hay que rebuscar mucho, ni aspirar a cosas totalmente imposibles (aunque sí aspirar a cosas improbables), ni pretender hallarla en las situaciones más remotas...
No hay que indagar, no hay que luchar contra nadie, ni darse por vencido.
Se trata, únicamente, de seguir tu camino, de hacer tu vida de la mejor manera posible. Aprovechando cada situación, viviendo cada momento con energía, disfrutando de cada nuevo lugar, divertirse con cualquier persona, deleitarse con las cosas simples... La felicidad no es complicada.

4 comentarios:

  1. Me encantaría suscribir todas y cada una de tus palabras, todo es más sencillo de lo que pensamos...pero, no cabe preguntarse si la felicidad es real o es sólo un invento más de los grandes almacenes. Un abrazo

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  2. Permíteme discrepar, jeje. Totalmente de acuerdo en la energía, en el disfrute, el problema es que la felicidad no sólo depende de uno mismo...

    Pero sí, hay que esforzarse cada día.

    Un saludo!

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  3. si tienes razon pero.. nosotros nos la complicamos. Nos hacemos necesidades creaas.

    Besos

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  4. Estimada Olga, tu historia de no aspirar a cosas imposibles me recuerda a otra historia que me contaron hace tiempo.

    En un colegio había un alumno llamado José Luis, individuo que por su carácter vehemente y demagógico influía mucho en otros compañeros de clase, pero que no entendía o no quería entender la ley de Isaac Newton. El profesor, repetidamente y con insistencia, se lo intentaba explicar arrojando un bolígrafo al aire que, como es lógico, siempre caía debido a la fuerza de la gravedad. Ante la evidencia, José Luis no lograba o no quería comprender el suceso a pesar de la rotundidad del funcionamiento de la ley física.

    En cambio, José Luis insistía en que si se lanzaba el bolígrafo muchas veces era posible que, en algún momento, se quedara suspendido en el aire y no caería. Lamentablemente, José Luis no era el único que apoyaba esta idea; otros alumnos empezaban a opinar igual que él, unos por cobardía y otros por ignorancia y actitud borreguil.

    Al igual que José Luís y esos alumnos botarates, los nuevos socialistas del siglo XXI y sus comparsas de votantes descerebrados aun no se han dado cuenta que, salvo alguna excepción caribeña o asiática al norte del paralelo 38 mantenida tenazmente a base de terror de Estado para infortunio de sus habitantes, todos los países socialistas del siglo XX cayeron por su propio peso atraídos por la fuerza de la libertad. Dicho de otra forma, cayeron por su excesiva intromisión en la vida de sus ciudadanos y por la incapacidad para resolver los problemas sociales que ellos mismo generaban.

    Pero la sanguinaria Ideología socialista, maestra en crear miseria y terror, está volviendo a resurgir en las mentes de los mediocres como un cáncer mal extirpado. La maldita ideología está reapareciendo enquistándose en todos los organismos u organizaciones intelectuales o no, públicos o pseudoprivados, que amparan a los mezquinos seguidores cuya forma de actuar es, sin argüir argumentos, condenar, desprestigiar y vejar a todo aquel que no se adhiera a su retraso mental. Incluso suelen competir entre ellos a ver quien es más progresista ocultando su espíritu retrógrado y fracasos allá donde actúan o actuaron sus antecesores ideológicos sometiendo a la población a un calvario de supervivencia.

    Impasibles, los nuevos socialistas del siglo XXI continúan empeñados en engañar a las masas con la falsedad de que se sacrifican por la igualdad y la justicia social. Se injieren en todos los campos corrompiendo la mentalidad de las gentes y haciéndolas creer que la redistribución de la riqueza es la solución.

    Continúo en mi bitácora: LODICECINCINATO.TK

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