lunes, 3 de enero de 2011

Persona

Había dejado de ser el centro de mis pensamientos, de mis murmuros y mis miradas, ya no eclipsaba el 100% de mi vida. Por primera vez en mucho tiempo había comenzado a sentirme como persona, siempre me había visto como una niña, como un rollo, como una novia, como una ex-novia, con un affaire, como un recuerdo de lo que fui para él, pero ahora me sentía como persona. Me avergoncé y me aturdí, me estaba conociendo como persona y eso era un territorio que desconocía, me di cuenta de que mi antigua vida se había esfumado por completo, que a pesar de llevar el mismo nombre y los mismos apellidos, de vivir en el mismo lugar, tener las mismas amigas, tener aspiraciones similares y tener la misma familia, por ejemplo, ya no era la misma. Y sólo y únicamente porque ya no es el que era para mí. Mi antigua vida se había esfumado. Y ahora a pesar de ser mucho más que un simple chico con el que paso el tiempo, mucho más que un par de besos, mucho más que sexo, a pesar de seguir queriéndole, me he dado cuenta de todo lo que ha cambiado mi vida porque él ya no es el director de asuntos emocionales en mi vida. Y no ha sido necesario dar media vuelta y borrar el pasado, sólo ha sido preciso poner un pie delante del otro y seguir un camino a oscuras, como si ese camino me llavase lejos de él, pero sin separarnos, y por primera vez en tiempo experimento claridad y miedo y la sensación de inestabilidad. A pesar de que aún le hago preguntas tontas, él me constesta con gracias y chistes y las verdaderas preguntas me las siga haciendo a mí misma como '¿Qué es? ', '¿Qué tiene que me hace sentir así?' y por mucho tiempo que pase creo que me preguntaré siempre si es porque parece la persona más viva que he conocido en mi vida, o si es porque sus ojos chispean o si porque con cada carcajada, sonrisa o ceño el contenido de su mente se muesstra. Y es que uno puede saber las razones por las que quiere a alguien, incluso puede enumerarlas, pero siempre falta algo, ese factor X, el ingrediente mágico y él tiene ese ingrediente, sea el que sea, y además en grandes dosis. Por eso, a pesar de prometerme a mí misma dar marcha atrás, intentar verle como una persona irritante y dolorosa o jurarme que no volvería a compartir ni siquiera una efímera mirada, volví porque es mucho más que momentos juntos, que besos o sexo, si fuese solo cuestión de situaciones estimulantes y placenteras... pero esto es una atracción basada en la amistad, el respeto, el cariño y el querer, por lo tanto, tengo muchas posbilidades de caer una y otra vez ante él, aunque claro, ahora es distinto.

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