Sevilla...

No hay duda, Sevilla tiene un color especial.
Al final ese puente pasó, igual que llego, en un abrir y cerrar de ojos. Hace una semana estaba allí, disfrutando del calor, del ambiente, de la ciudad en general.
Sólo han sido cuatro días, pero han sido cuatro días de no parar. Un viaje quizás largo e incómodo, pues fue en bus, pero totalmente reconfortante.
Noches de chocolate, rebujitos, tardes de calor, un concierto espectacular, conversaciones, idas de olla, compras, buses, metro, comidas en abundancia, paseos por esa fantástica ciudad, tres grupis muy grupis, y risas, muchas risas.
Y ahora me siento en casa, veo fotos, recuerdo, pienso, evoco. En poco tiempo me tendrás ahí, Luna.

Firmado: Queca