jueves, 5 de marzo de 2009

Un click

De pronto me di cuenta de que no valía la pena estar así. Fue inesperado, incluso para mí, invitarle a adelantar su despedida, y me arrepentí de ello. Y su postura me hizo daño. Para qué negarlo.
Pero llego un momento en que algo en mí broto, algo hizo ‘click’ y cambió todo. Advertí que la vida de por sí es demasiado dura, como para que encima nosotros nos encarguemos de complicarla más, y que la única forma de aprovecharla es buscar la felicidad en cualquier lugar y ante cualquier situación. Por complicado e imposible que nos parezca a veces.

3 comentarios:

  1. Los ultimatums no siempre surten el efecto esperado y eso hace, si cabe, aún más daño.
    Esos "clicks" son más que necesarios en ocasiones. Ser un poco egoístas, pensar un poco en nosotras mismas y replantearnos si estamos encontrando la felicidad que ansiamos o si, por el contrario, nos agarramos a una realidad hiriente que no da el paso necesario en el momento oportuno. No debemos engañarnos...
    Pégate una buena juerga, Olga. Y procura no mirar demasiado hacia atrás. Al menos, mientras la herida cicatriza.
    Un beso,
    Galia.

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  2. cuanta razon tienes jjejeej gracias por comentarme me a echo pensar;)

    Un besazo wapaa

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  3. a veces el impulso marca el intimo pulso...hay que seguir adelante sin mirar atras, no olvidar...pero nunca detenerse...gozar, desear, soñar...

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